La Comunidad Educativa, más allá de ser una comunidad que gira en torno a un hecho educativo, es una experiencia integral de vida y desarrollo y por ello es una experiencia de convivencia.
La Comunidad Educativa (alumnos, docentes, madres y padres de familia y personal no docente) debe favorecer la construcción de espacios, formas y mecanismos que potencien a todas las personas que la integran como miembros activos de la misma. Para ello, es necesario generar y establecer canales y espacios de comunicación frecuente y dialogo permanente entre el hogar familiar y la institución educativa, como pretende hacer este blog. La conformación de redes no solamente potencia el accionar de la institución educativa, sino que alienta el intercambio permanente de experiencias, saberes y aprendizajes con el entorno social, político y cultural. Todos los participantes de una Comunidad Educativa crecen y se desarrollan interactuando y ejerciendo diferentes roles y funciones en pos de esta visión compartida.
Según Valentín Martínez-Otero
Profesor-Doctor en Psicología y en Pedagogía de la Universidad
Complutense de Madrid,
“La comunidad educativa queda configurada por un conjunto de personas interesadas corresponsablemente en la formación y posee un valor pedagógico fundamental. Los distintos estamentos, aun cuando tengan funciones diferenciales dentro de la institución, se comunican y cooperan para posibilitar el acrecentamiento que todo proceso educativo entraña.
Es un hecho incuestionable que la educación acontece en comunidad y, por lo mismo, si aspiramos a la renovación formativa no podemos contentarnos con la mera revisión de programas y de aspectos individuales. La transformación positiva de la educación carece de entidad si se da la espalda a la participación y a la convivencia en las instituciones escolares.
Los centros educativos son ante todo lugares de aprendizaje y relación interpersonal en pos del desarrollo humano. Una institución así impulsa el acrecentamiento de sus miembros tanto en la vertiente técnica como en la humana y, a mi modo de ver, consigue tres logros fundamentales:
Logro emocional: sensibilidad, cordialidad y empatía. La calidez de la urdimbre interhumana escolar dificulta la penetración de corrientes excluyentes y violentas. El ambiente afectivo favorece la estructuración saludable de la personalidad y orienta al sujeto positivamente hacia sí mismo y hacia los demás.
Logro motivacional: favorecido por un ambiente innovador en que el que se promueve la exploración, el esfuerzo, el descubrimiento y la motivación intrínseca. Se cultiva la implicación de todos los miembros en el rumbo institucional.
Logro social: patentizado en la cooperación interpersonal, la solidaridad y la preocupación por cuanto acontece en el entorno. El sentido de comunidad se descubre en todas las personas y sectores del centro educativo.
Esta relación de efectos revela cuán trascendente es la comunidad educativa. Cuando está construida con solidez representa el escenario idóneo para el desarrollo formativo de calidad.”
Os animamos a participar en este blog que es de todos y pretende ser una herramienta más para reforzar el trabajo de la comunidad educativa de nuestro colegio.